EL ARTE DE LA SEGURIDAD PRIVADA

LA LOGÍSTICA

Logística, vocablo de voz francesa y derivado netamente del ámbito bélico al que le pertenece su acepción original. La logística se ocupa principalmente del almacenamiento, aprovisionamiento y flujo oportuno (en cadena) de materiales necesarios para conseguir el desarrollo correcto de las operaciones militares en cualquier nación. Y el ejemplo más que perfecto de una acción logística sería el abastecimiento de pertrechos a un ejército en plena campaña. Sin embargo su definición originalmente militarizada puede atenderse meramente como una cuestión anecdótica ya que esta elástica disciplina desbordante de movimiento, cuyo común denominador es el control, ha adquirido en estos últimos tiempos una importancia de alcurnia sin parangón, como nunca se había visto en la historia, y está perdurablemente adherida a todos los procesos que se realizan en las estructuras de las empresas, organizaciones o instituciones actuales de cualquier ramo; sea el industrial, el mercantil, el aeronáutico, el agrícola, el deportivo, el policíaco, etc. Una vieja práctica militar como ésta ha llegado a consolidarse como el nombre encargado de la movilización incesante (por aire, tierra, mar y el espacio) de muchas cosas, las 24 horas, los siete días de la semana y a lo largo y ancho de este planeta. A grandes rasgos esta área (cuyo interminable caudal amilanaría a cualquiera que la tuviese en su manejo total en solitario) tiene el ejercicio de gestionar, planificar y organizar actividades las cuales se requieren para alcanzar objetivos concretos, bajo ciertas normas de calidad; y sobre todo con un razonable aporte de óptima puntualidad. Pero no debería encasillarse trivialmente a esta área solamente como un medio destinado a mover territorialmente un objeto de un lugar A hacia otro lugar B sino que debe tomarse como una base estratégica desde donde se pueda comenzar a perfilar el progreso, en este especial caso el progreso de la seguridad privada. Porque es en esta actividad precisamente donde es más que evidente su peso o influencia, aunque por lo general empieza a marchitarse su persistente presencia conforme se va distinguiendo el desnudo fondo del baúl del dinero. Teniendo en cuenta los propósitos que la logística expresa, es fácil suponer entonces la crucial significancia que ésta tiene dentro del engranaje de la seguridad privada, la de este siglo. Aunque por falta de espacio no se podrán enumerar aquí todos los procesos en los que la logística toma parte, si puedo decir que llevar al día (y aún más allá) las operaciones logísticas de seguridad se oye casi como una tarea de titanes, por eso mismo debe verificarse el perfil intelectual de las personas que la prodigan para desmarcarnos de la eterna sombra que significa el error humano. La logística (que en sí misma es otro arte también) en el aspecto de la seguridad privada se encarga de la fluida distribución de material (papelería en general, cintas amarillas de protección, candados, cadenas, relojes checadores, conos naranjas, aparatos de iluminación y comunicación, etcétera). Hasta de aportar caninos. Asimismo de instalar geográficamente al recurso humano en los servicios, del control del transporte (patrullas), de fijar horarios, itinerarios, coordinar operaciones y entrenamientos, levantar inventarios y una infinidad de deberes más con este mismo tenor. En resumen, la logística supervisa que todo camine bien, que empate todo exactamente con lo programado. En la logística (dentro del circulo de la seguridad privada) hay tres metas de las que ésta tiene que ocuparse y formar una cobertura zonificada tecnológicamente tejida en cada una de estas etapas a enunciar: 1) Recabar e informar todo el tiempo datos de amplio valor preventivo (copiosos por necesidad) y difundirlos entre el personal operativo, 2) hacerle el trabajo lo más seguro que se pueda a los guardias de seguridad privada por medio de un sistema robusto y fluido de intercomunicación intercambiándose reportes de estatus todo el tiempo no importando el punto geográfico en donde estén localizadas las partes de la red, y 3) allanarle el camino al material humano desde afuera interpretando y rastreando, con mucho adelanto, hechos riesgosos proporcionando en el momento preciso el apoyo necesario para solventarlos o superarlos. La logística a nivel central es un fino universo donde se construye al destino y no a la inversa: que el destino nos construya a nosotros.