EL ARTE DE LA SEGURIDAD PRIVADA

EL RECONOCIMIENTO

El siguiente anexo a expulsar a la luz es extenso y demasiado laborioso para poder explicarlo minuciosamente en todo su apogeo. Contextualmente inabarcable en una sola pasada, valga la expresión. Así que solamente se dará un panorama general muy reducido de esta faceta de trabajo que tiene que dominarse con la mayor exactitud posible ya que este entendimiento sobre la extraordinaria ventaja operativa que supone la adquisición de la información previa para “pavimentarnos” estratégicamente el camino. En todas partes el método de la zonificación debe efectuarse básicamente igual; lo único que cambiará siempre es el escenario. Tácitamente dicho el reconocimiento consiste en el estudio y análisis de un espacio territorial determinado con el objetivo primordial de comprender sus rasgos arquitectónicos, geográficos, topográficos, la naturaleza de sus actividades y demás variaciones interrelacionadas para actuar operativamente en base de ello. O podemos denominarlo simplemente como Recon. Recon=reconocimiento. Este proceso sistematizado de exploración y registro se tiene que ejecutar rutinariamente para delinear la configuración operativa a emplazar en un lugar, el desarrollo de la estrategia adecuada (a la par de la orientación y la coordinación territorial), y sobre todo, para acelerar la familiarización o acoplamiento del personal de seguridad en su incorporación a un apostamiento. Para que el personal se compenetre o “entre en frecuencia” ágilmente con el lugar. Todo con fines meramente defensivos y para el apoyo a la toma ágil de decisiones (y redundante en la predicción del movimiento enemigo). Las posibilidades son destacadamente colosales respecto a estos tres matices pronunciados (aunque en relación directa con las facultades o prohibiciones otorgadas por el contratante. Y con mucha reserva respecto al resguardo de los datos recopilados, en el que el tratamiento de los mismos debe manejarse con responsabilidad, y su distribución muy selectiva (según sean los tamaños de los secretos a proteger), es decir; restringida a un cierto número de individuos (generalmente cedida a la instancia jerárquica más alta correspondiente al esquema de mando vigente). En seguridad privada saber y hacer debe ser una cosa indivisible: dos conceptos fundidos en exacta sinergia. Y saber de antemano las cosas siempre será la única alternativa. No la mejor, sino la única. Este apunte es interesante. En el reverso de la moneda, el desempeñarse bajo circunstancias de incertidumbre operativa, desorientación territorial y con grave carencia de datos sobre todo lo que materialmente confluye a nuestro alrededor equivaldría (en una analogía) a trabajar como si trajésemos una venda atada a los ojos. El tipo de material del techo. Lo alto y largo de una barda perimetral, la anchura total de la superficie de un estacionamiento, la profundidad de una cisterna, la capacidad volumétrica del interior de un ascensor, la forma correcta de manipulación de una válvula, las coordenadas geográficas de un helipuerto (si lo hay), la temperatura interna de un laboratorio (también si este fuera el caso), el tipo de maleza que nos circunda (vegetación seca, árboles altos, tierra cultivable), las trayectorias precisas del tendido eléctrico en relación a las edificaciones, la especificaciones técnicas referentes a una planta de luz, la composición de la estructura tecnológica imperante en un sitio, puertas de emergencia a nuestro alcance, el estatus de cuál es el norte y cuál es el sur, el noreste, y demás cosas así (FIGURA 4). Todos estos son datos métricos cuantificables en los cuales tenemos que obligatoriamente interesarnos porque algunos de ellos conjugados dentro de ciertas circunstancias laborales especiales (mayormente funestas) podrían cobrar una trascendencia abrumadora. Hay muchos motivos para ahondar con mucha anticipación en esta clase de detalles ya que en un determinado momento podría ocurrir un evento durante el cual fuese necesario contar con información exhaustivamente exacta para obrar, resolver o responder tácticamente en base a lo que sabemos de estos datos (capacidad de diagnóstico adelantado) en sus distintas formas, y de esta manera encarar con un exitoso grado de celeridad un apuro de emergencia dado, como una ruptura peligrosa de una tubería, personas atrapadas en un ascensor, una colisión vehicular, una pelea interna.


Figura 4

Empezando por abordar primeramente lo referente al riesgo o peligrosidad de la zona, de la colonia, de la entidad delegacional en donde se encuentre ubicado el servicio. Esto nos dará una visión de cómo comportarnos oportunamente en principio en los aspectos de la prevención y la precaución. Después hay que ir a las características físicas del entorno. A la necesaria recolección de datos y mediciones cuyo conocimiento encierre valioso valor estratégico o nos pudiera augurar un riesgo en contra: si la calle es cerrada (sin salida en uno de sus extremos), si hay un elemento arquitectónico notorio de referencia que podamos usar si se quisiera llegar velozmente a la zona para una evacuación médica de urgencia, si entre la gente que custodiamos hay artistas, dirigentes empresariales, jueces, deportistas, etc. También si hay instancias oficiales de auxilio cerca de nuestra zona como lo serían: un módulo de policía, una estación de bomberos, instalaciones de protección civil, hospitales. También si se colinda con puntos rojos (regiones problemáticas como bares “de mala muerte”), si existe una gasolinera, un sitio de taxis, un estacionamiento público, casetas telefónicas y demás cosas referidas como éstas en las inmediaciones. Abundo algo más. Checar si hay edificios altos sobre nuestro perímetro, ya que inmuebles con esta característica nos expone al espionaje con instrumentos ópticos de observación a larga distancia (por esta razón las residencias de las celebridades y los políticos son construidas lejos de árboles altos), o a la acción de un francotirador mirándolo desde un ángulo más extremo. También cuántos sistemas y aparatos de seguridad electrónica (cámaras de videovigilancia principalmente) se encuentran instalados y activos (ocultos o no) en los exteriores o interiores de nuestro servicio. ¿Quién los puso, para qué, qué distancia y sectores alcanzan a grabar? Tal cual pero mucho más que eso. El reconocimiento fotográfico y las tecnologías de geolocalización son otros buenos recursos a considerar en estas diligencias. Todo, hasta las condiciones climáticas de la geografía particular del lugar deben tomarse en cuenta. Tal cual pero mucho más que eso. Y acorde con ello, además tenemos que anticiparnos a la ambientación cambiante de nuestra área. Es decir, a poner el foco de atención a las modificaciones silenciosas intencionalmente hostiles (o no) que busquen alterar la actualización de la planificación. El guardia moderno debe ser un consumado analista de riesgos, innegablemente. Y se pueden nombrar cientos más de ejemplos típicos como éstos, referente a este tipo de datos (distancias, nombres de calles, arterias viales) de diferente impacto que debemos tener en cuenta. Este dominio exacto de la información previa (sólo la que estrictamente nos incumbe) estará destinado a maximizar el grado de eficiencia de nuestro accionar dentro de esta área laboral que nos ocupa y a la que orgullosamente pertenecemos. También se consigna que hay que tener estos datos siempre a la mano (velocidad de acceso), exportándolos a un medio preferentemente digitalizado (un disco duro de computadora, tal vez), y listos para necesidades presentes o las futuras. Asimismo proyectarlos gráficamente en forma de dibujos, croquis, diagramas de flujo, planos (FIGURA 5), o mapeos estándar.


Figura 5

Todo eso derivado de la conocida premisa que dice que es más fácil retener imágenes que palabras. Hay que plasmar en papel (a mano alzada) o en el monitor de una PC (equipo electrónico que ha disminuido mucho en sus precios, así que no hay pretexto para no zanjar alguna limitación en el factor presupuesto, o según seas las posibilidades de cada quien) dibujos esquemáticos como reforzamiento visual de la zonificación y que resuman gráficamente las características geográficas y arquitectónicas más notables de un sitio con la finalidad de introducirse rápidamente uno (desde una mirada global de lógica viso-espacial) con las formas, alturas y distancias locales. Gráficas de este tipo son un rico recurso que dota al personal operativo de una gran óptica para empaparse con una imagen mental unificada de objetivos físicamente dispersos y supone la potenciación de la habilidad de observación tanto en conjunto como a nivel de minúsculos detalles. Lo que se quiere decir con esto es que al enfrentarnos a un enorme volumen de información el identificar lo que es verdaderamente importante en un área se puede volver un asunto decisivo muchas veces. Esta tarea técnica requiere necesariamente la exigencia de la exactitud: no debe haber la menor discrepancia entre el modelo gráfico (“no vivo”, por tomarlo así) y el concretamente existente, el que está adherido al pavimento pues cualquier disparidad podría hacernos caer en yerros lamentables. Por eso es indispensable crear impresiones esquemáticas reconocibles. “Para dar en el clavo” exactamente. En un ejemplo, aquilatemos que el localizar en un plano la ruta correcta de escape que nos conduciría al exterior de un edificio que se está incendiando podría salvar nuestra vida, y la de otros, no se puede saber, pues si hay algo que caracteriza a nuestra actual realidad es que jamás carecerá de imprevistos (y hay unos imprevistos más sorpresivos que otros). A propósito de la anterior figura 5 la cual en este sentido fue condicionada a un territorio ficticio para poder poblar a la pieza de variación regional, la misma es una sección llana, sin relieves, a dos dimensiones (largo y ancho) de un tramo urbano imaginario como comúnmente es reflejado en cualquier guía de calles, y que es relativamente fácil de graficar y debe practicarse como saludable ejercicio de comprensión estructural. Otro diagrama explicativo (FIGURA 6) en este apartado de delineación cartográfica que a continuación analizaremos es un patrón arquitectónico muy entrelazado al anterior solamente contrastando en que en éste último predomina el empleo de la perspectiva con volumen y el respectivo sombreado asociado a él, lo que incide directamente en la viabilidad de poder agregar en nuestro conocimiento el parámetro de altura. El criterio estilístico de esta presentación (en bloques verticales) garantiza, por su voluminosidad un nivel expresivo más completo. Especialmente adaptable al reconocimiento de inmuebles con más de dos pisos, resultando casi como si estuviéramos viendo una maqueta (modelo plástico empequeñecido de un edificio, monumento o construcción). Aunque a final de cuentas a nivel general todo siempre estará a expensas de la desenvoltura creativa del guardia de seguridad. Ahora bien, antes de trepar el último peldaño sobre las características de esta circunstancia de larga cauda que es el procedimiento de diseñar dibujos esquematizados que nos puedan servir como indispensable factor de instrucción orientativa y táctica para la efectiva protección de nuestra morada laboral (y este es el principal motivo que debe animar a dichas proyecciones: la aportación informativa), hagamos una fuerte parada en seco aquí con la intencionalidad de ratificar otra vez la postura de la confidencialidad; haciendo mención que estos documentos gráficos de consulta en ciernes (qué en un momento dado podrían transfigurarse en información privilegiada) deben estar celosamente custodiados y confinados dentro de un sitio cerrado (de preferencia oculto) y el acceso a los mismos debe ser restringido. Hay que tomar medidas de gran recelo para mantener a salvo este delicado particular donde se debe llevar a cabo elevar la noción de ultraseguridad hasta el límite de lo tolerable. Y va junto con pegado el pensar en consecuencia, que tecnologías y tácticas se precisarán para un actuar firme, en toda su dimensión, en este reto de sellado.

Figura 6

Para terminar esta serie gráfica o historia en imágenes, en una comparativa directa con los dibujos antes estudiados en este tenor, el último en puerta a examinar podría ser considerado analógicamente hablando como la joya de la corona de todos ellos por la inmaculada minuciosidad en todos sus rasgos interiores (FIGURA 7). Un esquema inmejorable el cual pixelado con este rasgo singular (emulando un convincente efecto de radiografía) nos ayudaría a maniatar la desordenada y enfermiza costumbre de intentar aprisionar todo dato dentro de la volátil y desleal memoria humana. Adversa y desalentadora acción perdurable que diezma, deteriora y oscurece la forma metódicamente gráfica qué es como deben hacerse las cosas en estos tiempos. Sobrevalorar la capacidad de nuestra memoria es un defecto psicológico que se adquiere desde la niñez, la que fue nefastamente guiada (con énfasis en el desapego hacia la lógica), por supuesto. Vale más la tinta más pálida que la memoria más esplendorosa. En serio, hay que desandar el camino de la inexactitud a la brevedad. Pero retomemos otra vez el asunto en el que estamos. Esta ilustración habla por sí misma y no necesita mayores explicaciones ya que todo dentro de ella está a flor de piel y nos permite ir modelando su contenido conforme vayan apareciendo los pormenores usuales como lo son los enseres movibles, o sea: es expandible (y las ventajas son hartas en este aspecto). Transparentemente todo puede señalarse, interpretarse, dentro de las paredes de esta figura ilustrativa, y es posible distinguir en ella hasta un alegre elemento natural (el árbol encajonado en el exterior de la casa) el cual proporciona el toque divertido a la escena. Dónde está el baño, el cuarto de televisión, la cocina, el patio de lavado y hasta el calentador de agua, todo está visualmente alcanzable, tal cual como si estuviésemos viendo un objeto a través de un cristal. Y si se quisiera incluso se podrían identificar cosas mucho más pequeñas que un mueble; como podrían ser un interruptor principal de energía eléctrica (un switch), un medidor de luz, un extintor, un tomacorriente, etcétera. Tan sólo se necesitaría aumentar un poco la escala del plano y paso seguido integrar estos elementos descritos. Repito, las opciones son prometedoras en este sentido. Esta imagen es sólo un modelo de muestra; pero trasládese esta técnica de trazado a un espacio real como una fábrica o una tienda y listo. Basándonos en planos como estos nos conectaremos ópticamente mejor con nuestro entorno laboral. Y entrando de lleno ya altos niveles de profesionalismo (a los que es una insuperable idea el planear llegar) hasta se podrían identificar las coordenadas geográficas que definan la posición exacta del lugar en donde se encuentre fincada la edificación material. Pongamos un ejemplo clásico de ello: 52.33.55 Latitud Sur / 67.40.23 Longitud Oeste, qué es la nomenclatura que describe a un registro técnico obtenido por medio de la asistencia de la ciencia de la localización moderna. Conocer detalladamente el territorio propio, sin reservas de ninguna especie, nos otorga una ventaja sustanciosa para las acciones protectoras. Para finalizar el tema del reconocimiento cabe mencionar que lo importante no es tener los datos en sí; sino la inteligente prevención que se pueda generar con ellos. Y aunque a primera vista no parezca gran cosa todo esto escrito sobre el manejo de planos, quizás podría mostrar la forma inédita de cómo evolucionarán genéricamente en el mañana los actuales sistemas académicos de la seguridad privada (o en su defecto tan sólo es una manera distinta de ver la cosas). Y continúo enfatizando en este análisis de planeación gráfica que a este dominio de la información intrínsecamente se le debe dar un tratamiento secreto (no quito el dedo del renglón). Y también debe entenderse que lo fundamental no va a ser tener los datos en sí; si no lo que se haga con ellos, ya que dándoles un manejo hábil a éstos es muy posible que se logren resultados efectivos que directamente incidirán en el nivel de eficacia de la seguridad proporcionada a los clientes. La realidad es que la seguridad privada es una ciencia y como tal debe innovarse seguidamente e ir lo más lejos posible en pos de su evolución, porque el ser versátil y multifacético es la tendencia de este nuevo siglo que empieza a avizorarse en este horizonte próximo.

Figura 7